Hoy día las nuevas tecnologías ocupan un gran espectro de la vida de cada individuo, y las comunidades de vecinos no pueden ser menos. Con la cantidad de ventajas que ofrecen, tanto en materia de inmediatez como de comodidad, las fincas que aún no han elevado su gestión al entorno digital deben adaptarse cuanto antes a ello.
Hay muchos aspectos de la vida en comunidad donde la tecnología sí se ha hecho fuerte. Frente a las comunidades tradicionales, donde la información se transmite en los corrillos improvisados de las escaleras y por el boca a boca, tratan de despuntar otros instrumentos que hacen accesible la información relevante para todos los vecinos. Desde grupos en WhatsApp o Facebook, portales gestionados por el administrador, hasta el uso de plataformas especializadas. ¿Qué ofrecen estas plataformas? Soluciones online a medida: votaciones, juntas, gestión de incidencias, comunicados, documentos compartidos, debates…
Con el correo electrónico, con las redes sociales y los mensajes al móvil se gana agilidad, transparencia y democracia. Permite a los administradores de fincas gestionar comunidades casi tres veces más rápido, ahorrando hasta un 70% del tiempo que invierten en sus gestiones con vecinos y proveedores, según apuntan varios estudios.
La LPH, obsoleta
No obstante, para poder implementar al 100% esto, es necesario que la Ley de Propiedad Horizontal (LPH) permita que cualquier propietario pueda asistir y votar en una junta mediante videoconferencia o cualquier herramienta telemática similar. Y es que las juntas virtuales, aunque son un gran avance, todavía no están respaldadas por la legislación vigente.