Poder darte un chapuzón en la piscina de tu comunidad de vecinos durante los meses de verano es un lujo que no muchos pueden disfrutar. No obstante, la piscina es una instalación que requiere de supervisión y mantenimiento durante todo el año para asegurar que esté disponible y en perfectas condiciones cuando llegue el calor.
Como norma general, el coste del mantenimiento de una piscina puede abarcar el 10% del presupuesto anual destinado al mantenimiento y buen funcionamiento de una comunidad de vecinos. Este porcentaje puede ser mayor o menor en función de muchos factores: el servicio de socorrista, el sistema de depuración de las aguas, del tamaño de la piscina, de si es de cloración salina, etc.
Según encuestas realizadas, el precio medio para llevar a cabo los trabajos de mantenimiento propios de una piscina, es decir, la desinfección y cloración, el mantenimiento del pH, la limpieza de la piscina, revisiones constantes, etc, suele rondar los 350€ aproximadamente. Teniendo en cuenta la frecuencia de dicho mantenimiento debería realizarse de forma progresiva en invierno o una en profundidad antes de que empiece el verano, una piscina puede resultar muy costosa para la comunidad.
También hay que tener en cuenta el mantenimiento del recinto de la piscina y el llenado de la misma.