La convivencia entre vecinos no es siempre un camino de rosas. Es relativamente frecuente la aparición de ciertos conflictos, o por lo menos de roces entre los vecinos. Ya sea por quejas o reclamaciones, morosidad, ruidos, etc., estas disputas forman parte del día a día de muchas comunidades. Por suerte, existe una vía extrajudicial, la mediación, que permite resolver gran cantidad de problemas de este tipo de manera mucho más rápida.
Hacerlo así evita que que las posturas puedan enconarse, y es que cuanto más se alargue el conflicto, más difícil será encontrar solución.
Pero la mediación no sólo resuelve los conflictos más rápido; también lo hace de una manera menos costosa, económicamente hablando, para la comunidad. Por ejemplo, evitando las costas judiciales en caso de que la comunidad tenga que personarse en un juicio.
El papel del mediador
El mediador es un profesional independiente y con amplia experiencia que tratará de alcanzar un acuerdo amistoso que satisfaga a todas las partes involucradas en el conflicto.
Esto permite las partes ser también protagonistas de la solución alcanzada, ya que asumiendo el control de la situación pueden hacerse llegar las opiniones de manera más cercana al mediador y a la otra parte, sin que sea el juez quien de manera externa dicte sentencia.